Hace unos años, la idea de que uno anduviera buscando tener una relación con mujeres mayores, o incluso mucho más mayores, no era algo que surgiera así como así. De hecho, pasaba en muy pocas ocasiones, y cuando ocurría, había que tener presente que esos encuentros con maduras xxx eran cosa de una noche, o como mucho de una temporada corta en el tiempo, aunque eso no quitaba que pudiera ser bastante intensa. Pero a nadie se le ocurría hacerse novio, y mucho menos casarse, con una mujer que te sacara 20 años.
Cuando digo nadie, me refiero por supuesto a nosotros, el pueblo llano, los individuos normales y corrientes que te puedes encontrar caminando por la calle; porque por supuesto, la gente famosa o poderosa hace sus propias leyes, pero ni siquiera ellos estaban libres de críticas, aunque otra cosa es que les importara algo o les hiciera mella. La palabra “gerontofílico“, u otra menos elegante y con más mala leche, “gigoló” o incluso “degenerado“, podía salir al aire cuando se hablaba de estos hombres unidos a mujeres mucho mayores que ellos, y puesto que era algo que no entraba en la cabeza de muchos, siempre se acababa pensando que era cuestión de dinero, o peor, alguna enfermedad mental.
Por suerte, todo esto está cambiando, aunque lentamente. Y es que cada vez son más los hombres relativamente jóvenes que comienzan una relación con una señora madurita, varios años mayor, y que la prosiguen como proyecto de futuro. Claro que los tiempos han cambiado, pero también las personas, y también las variables. Para empezar, yo creo que ahora, hablar de “maduras” no es ni mucho menos hablar de viejas ni ancianas, ni hay por qué tener en la mente la imagen de una abuela arrugada. Las mujeres de hoy se cuidan, se mantienen medianamente jóvenes y de buen ver durante muchos más años, y si se les llama maduras es precisamente porque llegan a un estado mental en el que están equilibradas, después de cierta experiencia en la vida y, por que no decirlo, con el sexo opuesto.
Porque precisamente ahí radica el quid de la cuestión. ¿Qué aportaría a una relación el que tu pareja sea una mujer de más de treinta y muchos, e incluso de más de 40? Pues claramente, estabilidad y equilibrio, algo que los jóvenes de ahora valoran mucho. Y aunque parezcan unos motivos más teóricos que prácticos, no hay que tomarlos a broma, porque los otros, los del plano físico, aquellos que tienen que ver con que te vean con un pibón agarrado del brazo (qué le vamos a hacer, es difícil abandonar algunas hábitos machistas como el de presumir de hembra), no están en contraposición con esto. De hecho, no sólo se trata de mirar el plano físico: una mujer segura de sí misma, inteligente y con convicciones puede resultar más atractiva que la mejor top model del momento, por mucho que tenga 20 años más y su cuerpo no sea tan perfecto. Y eso da más caché que ir enganchado a una tia buena que tiene el único atractivo de ser deseada por un montón de tíos, cosa que seguramente a ella le guste demasiado si es una preciosa veinteañera.
Y en todo caso, si estar con una madura no te parece que sea justamente lo que quieres para el resto de tu vida, también puedes verlo como una manera de atraer a mujeres de otras edades. ¿Que qué quiero decir? Pues que cuando las chicas ven que eres capaz de estar al lado de una señora en todo el significado de la palabra, y que ella disfruta asimismo a tu lado, inmediatamente empiezan a verte con otros ojos y a considerar tu valía de otra manera. Pasas de ser un chaval desesperado a un tío interesante, y créeme, eso te cambia la vida totalmente.